Lorenzo Soto dialoga con la autora norteamericana de obras como “Mi vida ahora” o 2El deslumbrante Kit Godden” sobre su trayectoria literaria.

En el portal Canal Lector de la Fundación GSR se puede acceder a una gran cantidad de entrevistas con figuras relevantes de la literatura infantil y juvenil, así como a nuestras reseñas, noticias y recursos para docentes o profesionales de la lectura en general.

La Fundación Germán Sánchez Ruipérez ha publicado en Canal Lector la entrevista con la autora Meg Rosoff.

Biografía:

Meg Rosoff (Boston, EEUU, 1956) estudió en la Universidad de Harvard con un paréntesis, en 1977, para viajar a Londres y ampliar su formación en la Escuela de Arte de St. Martin. Posteriormente regresó a Norteamérica para terminar su carrera en el prestigioso centro educativo de la costa Este. Trabajó en Nueva York durante diez años en diversas publicaciones y en el campo de la publicidad, antes de mudarse definitivamente a Inglaterra.

Escribió su primera novela, Mi vida ahora (How I Live Now), en 2004 y gracias a ella fue reconocida con varios premios como el Guardian Children’s Fiction Prize, además de ser preseleccionada para el Whibread Children’s Book Award y el Orange First Novel Prize. Su segunda historia, Cómo Justin Case engañó al destino (Just in Case), publicada en 2006, siguió la misma senda del éxito con la obtención de la Medalla Carnegie 2007 y la preselección para los premios Costa Children’s Book Booktrust para adolescentes lectores. En ese mismo año fue de nuevo finalista en prestigiosos certámenes gracias a What I Was.

En los últimos diez años han visto la luz otros cinco títulos: There Is No Dog (2011); Picture Me Gone (2013); Jonathan Unleashed (2016); El deslumbrante Kit Godden (2020) -finalista del YA Book Prize 2021- y la que es su ultima novela hasta la fecha, Friends Like These (2022). Además de literatura juvenil, Meg también ha publicado Meet Wild Boars (2005), un libro ilustrado, y en colaboración con Caren Acker, la guía London Guide: Your Passport to Great Travel (1995).

El reconocimiento definitivo a su carrera y un punto de inflexión en la misma, como leerás a continuación en la entrevista, fue la concesión del Astrid Lindgren Memorial Award en el año 2016. El jurado destacó su «prosa brillante centrada en la búsqueda de significado e identidad en un mundo peculiar y extraño». Actualmente vive en el norte de Londres, desde donde nos ha atendido con extrema amabilidad a pesar de encontrarse convaleciente de la COVID.

Entrevista:

Muchísimas gracias por atendernos, Meg. Las primeras novelas con las que te conocimos fueron Cómo Justin Case engañó a su destino y Mi vida ahora, obras que analizamos en profundidad y causaron una gran impresión en los componentes de los clubes de lectura juveniles de la FGSR. Pero creo que no se trata de los libros que cronológicamente se publicaron primero a nivel internacional, ¿no es así? ¿Con qué títulos debutaste profesionalmente? 

Escribí mi primera novela “adecuada” a los 45 años: «Mi vida ahora». Antes de eso había escrito un álbum ilustrado (Meet Wild Boars) y una «novela de prueba» sobre una chica amante de los caballos, con la que logré conseguir tener un agente.

Pero ella sugirió que no publicáramos esa, sino que escribiéramos otro, que terminó siendo «Mi vida ahora». Como aquel libro «de caballos» era para adolescentes, me convertí por casualidad en una escritora para este segmento de edad, pero en retrospectiva, después de una carrera de casi 20 años, está claro que tengo interés en la adolescencia como una etapa importante de la vida que se prolonga hasta la vida adulta.

Solía ​​decir que era una adolescente hasta los 40, pero ahora creo que hay elementos de la adolescencia en mí también a los 65 años. Creo que forma parte mi generación: los Baby Boomers son conocidos como la generación que se negó a crecer. Lo único diferente en la actualidad es que la mayoría de sus componentes compran juguetes más caros.

Tus primeros trabajos estuvieron relacionados con el mundo de la publicidad y el periodismo, ¿dejaron aquellos años algo de poso en tu posterior obra literaria? ¿Alguna enseñanza que sirviera para tu personal forma de diseñar los argumentos de tus novelas?

Justo esta mañana le comentaba a un amigo que debería animar a su hijo a dejar publicidad. Es una carrera terrible que no trae nada bueno al mundo, pero naturalmente la gente se aferra a los trabajos que les pagan un sueldo. Mi marido es pintor así que yo estaba acostumbrada a «pagar las facturas» y trabajé en publicidad durante quince años MUY largos para poder hacerlo. Lo detestaba casi todo, pero tenía algunos elementos que resultaban increíblemente enriquecedores.

Trabajé junto a varios directores de arte a lo largo de los años, lo cual fue fantástico, y todavía disfruto colaborando con ellos. Aprendí sobre arcos narrativos y a escribir con la menos cantidad de palabras posible, a dejar que lo que el lector se imagina en su cabeza cuente parte de la historia. También aprendí mucho sobre la cantidad de porquería que hay en el negocio, y ahora soy capaz de reconocerla cuando la veo, lo cual me es muy útil.

Fui a la Universidad de Harvard y no me gustó mucho, pero me pasó algo parecido con mi carrera de publicista: aprendí qué es lo que no quiero en la vida gracias a experimentar los dos ámbitos. 

Tu llegada a Inglaterra coincide con la época en la que empezamos a disfrutar de forma más continua de tus sucesivos éxitos (tanto de crítica como de público, algo realmente dificil) ¿Cuando supiste que podías dedicarte en exclusiva a la literatura?

Me mudé a Londres de manera permanente en 1989 y conocí a mi esposo el primer día que estuve aquí. Tenía 32 años y no comencé a escribir hasta los 45, así que ciertamente no fue inmediatamente.

Mi primer libro (Mi vida ahora) inesperadamente (para mí) fue un gran éxito instantáneo y vendió más de un millón de copias, y cuando le dije a mi madre lo que me habían ofrecido por los derechos de publicación en Estados Unidos, ella dijo: ¡Hagas lo que hagas, no renuncies a tu trabajo!” Así que al día siguiente… renuncié a mi trabajo.

Siempre digo que mi madre me dio muchos consejos buenos, malos e indiferentes a lo largo de los años, pero nunca seguí ninguno. De lo que no me arrepiento…

La semana en que se publicó «Mi vida ahora», descubrí que tenía cáncer, así que pasé todo el primer año de mi vida como “escritora” entre el hospital y la cama. Pero yo estaba TAN feliz. Incluso si moría, pensé que al menos moriría feliz.

En tu larga y prestigiosa carrera has obtenido algunos de los más emblematicos galardones literarios, ¿imaginabas que llegarías tan lejos cuando empezaste a escribir? Seguramente todos te hayan hecho mucha ilusión pero, ¿hay alguno que te haya emocionado especialmente?

Tenía cero expectativas para mi carrera como escritora. No sé por qué, creo que pensé que todos probablemente podrían escribir tan bien como yo. Y no soy muy buena a la hora de diseñar tramas, pensé que para ser una buena escritora tenías que escuchar la forma en que la gente habla en los autobuses y memorizarla.

¡No creo que tuviera idea de que podías inventar tu propio estilo, o simplemente inventar tus propias reglas! Pero también creo que por aquel entonces ya era una escritora nata sin darme cuenta (aunque todos a mi alrededor siempre dijeron que lo sabían todo el tiempo). No me di cuenta de que no todos tenían la misma pasión por las palabras que yo.

En cuanto a los premios, el que más me conmovió fue el Astrid Lindgren Memorial Award, no solo porque venía con mucho dinero, sino porque pasé la mayor parte de ese año en Escandinavia conociendo a mucha gente diferente y formando relaciones muy cercanas que se han convertido en amistades para siempre.

Además, Astrid Lindgren fue una importante activista política, y fueron sus esfuerzos (sin ayuda de nadie) los que contribuyeron a lograr que Suecia prohibiera la violencia contra los niños no solo en público o en la escuela, también en el hogar. Fue una mujer extraordinaria que trabajó incansablemente para que los niños fueran «tomados en serio».

Mi país adoptivo (Gran Bretaña) tiene un gobierno que ignora y subestima por completo a la infancia, como si no valieran nada hasta que puedan votar. El problema es, por supuesto, la forma en que enseñas a los niños determina qué tipo de adultos serán. Su ensayo «¡Violencia, jamás!» [NT – publicado en España por Kókinos en 2022-]; cambió mi vida y mi forma de ver la educación.

Destacamos de tu trayectoria la capacidad de crear un lenguaje y forma de narrar muy particular, una personalidad única que permite identificar tu estilo en cualquier capítulo de cualquiera de tus libros, algo que para nosotros es una virtud: es modelar un sello propio en la literatura juvenil. Sin embargo, lejos de quedarte en la narrativa para jóvenes también has apostado por la escritura para otros grupos de edad, ¿cuál resulta más dificil para ti -en lo que se refiere al proceso creativo-?

He escrito para niños pequeños, «niños medianos», «adultos jóvenes» y adultos, y para mí todo es igual. No pienso mucho en mi audiencia cuando escribo, estoy tratando de resolver un problema o entender una relación, y el libro es mi proceso de llegar a una mejor comprensión.

Nunca hablo mal de los niños, cada libro que escribo está destinado a entretenerme y educarme; si lo hace, entonces he tenido éxito en mi objetivo. Dicho esto, algunos libros son mucho más difíciles de escribir que otros. Creo que un álbum ilustrado realmente bueno es increíblemente difícil de escribir, por eso «buenos», no hay tantos.

La semana en que se publicó «Mi vida ahora», descubrí que tenía cáncer, así que pasé todo el primer año de mi vida como “escritora” entre el hospital y la cama. Pero yo estaba tan feliz. Incluso si moría, pensé que al menos moriría feliz.

Cuando creemos que no vamos a volver ser sorprendidos, aparece una nueva obra tuya y vuelves a sondear nuevas posibilidades y ambientaciones. De tus últimos trabajos destacamos especialmente El deslumbrante Kit Godden, finalista del YA Book Prize 2021; y El adiós de la novia. Es muy interesante como abordas géneros diversos sin abandonar tu carismática forma de concebir la narración. ¿Cómo fue el proceso creativo de ambas novelas?

Mi respuesta a esto es más o menos parecida a la anterior: escribo sobre lo que me interesa y escribo para ayudarme a comprender el mundo. Como extranjera viviendo en Londres (aunque ya he pasado la mitad de mi vida aquí) he estado obsesionada con la literatura sobre la campiña inglesa, sobre los perros, los caballos y las guerras de clases, los de «adentro y los de afuera».

Un día leí que en 1800 el 85% de la población vivía en el campo y en 1900 el 85% vivía en las ciudades. Lo primero que me vino a la cabeza fue «¡Oh! ¡Debe haber tantos edificios vacíos en la Inglaterra rural!»

Me encanta leer sobre antiguas prácticas de agricultura y caza, así que tuve que investigar muy poco cuando escribí «El adiós de la novia». Nomansland es un lugar real, una pequeña porción de un pueblo en una tierra no reclamada ni por la iglesia ni por el estado. Por eso, no había que pagar impuestos para vivir allí, y atraía a muchos personajes realmente marginales.

En el caso de «El deslumbrante Kit Godden» está ambientada en la playa donde he tenido una pequeña casa durante casi 20 años, y también está vinculada a los recuerdos en torno a la pequeña casa en otra playa donde pasé gran parte de mi juventud. La historia nace de mi imaginación, pero el escenario está en mis huesos.

La adaptación al cine de tu novela Mi vida ahora, que ya ha tenido varias ediciones en España, supuso la popularización definitiva de tu obra en este país. ¿Quedaste satisfecha con la versión que ofreció el director Kevin Macdonald? ¿Participaste en alguna fase del guion?

Siempre digo que ningún escritor está realmente feliz con una adaptación cinematográfica. Pensé que Kevin Macdonald era brillante en el lado de la acción del libro, pero tal vez menos fuerte en las relaciones. Pero su elenco fue increíble.

Escribí el primer borrador del guion, pero luego mi agente de cine fue trágicamente asesinado y yo tenía cáncer, así que retrocedí y dejé que el director eligiera a los escritores. En retrospectiva, ¡desearía haberlo escrito!

En relación a esta novela guardamos muy buenos recuerdos de nuestra experiencia de trabajo en los citados clubes de lectura juveniles, creo que fue una nueva y atractiva visión del concepto de distopia que, por desgracia, ¡cada vez se parece más a la realidad! ¿De dónde surgió la idea primigenia para aquella obra?

Es una tendencia bastante común en los libros para niños que alguien joven se vaya a vivir con amigos o primos a otro país en otra parte del mundo. Así que eso no fue muy original. Me afectó mucho la guerra en Yugoslavia cuando me mudé a Londres en 1989. Salía por la tele cada noche y me parecía tan cercana…, justo como lo que pasa ahora con Ucrania: ‘‘gente como nosotros’’.  

Los estadounidenses están muy aislados del resto del mundo, imaginan que todo lo dramático y feo sucede en algún lugar “allá” en otro país donde la gente habla un idioma diferente. Y quería deshacerme del síndrome «del otro lado», traer una guerra a casa y hacer que la gente viera lo fácil que podía suceder. Desafortunadamente, cada vez se parece más a la realidad.

Mi país adoptivo (Gran Bretaña) tiene un gobierno que ignora y subestima por completo a los niños, como si no valieran nada hasta que puedan votar. El problema es que, por supuesto, la forma en que enseñas a los niños determina qué tipo de adultos serán.

En Picture me gone reinventaste el libro de viajes y el thriller para contar una brillante historia sobre padres e hijos, amor y pérdida… Temas que, como otros, nunca pasan de moda en el imaginario de los jóvenes, ¿es tal vez tu novela más personal? Aunque creo que tu carrera al completo es pura pasión y los jóvenes, los más difíciles de «engañar» si hay personajes o escenas impostadas, así lo comparten.

Es mi libro más personal, y creo que quizás también mi favorito. Una amiga dijo que para ella era como leer una carta de amor para mi esposo y mi hija, para seres muy cercanos.

Siempre me interesa mucho cómo los adultos mienten a los niños, no por crueldad, sino porque piensan que es lo más amable. Realmente no creo en esa práctica, en mentirles. Se esfuerzan mucho por entender el mundo, y la verdad es más fácil de entender que una mentira confusa.

Las temáticas que abordas en tus libros, la hondura de tus proyectos… han despertado (y siguen despertando) una gran admiración no solo en tus lectores también en otros colegas de profesión que, en las entrevistas que realizamos, te citan como una autora de referencia. ¿Quiénes fueron o son tus referentes? Nos da la sensación de que tienes intereses tanto clásicos como contemporáneos y que estás siempre atenta a las vanguardias…

Yo era una de esas lectoras voraces e insaciables que leían y leían y leían; hay demasiados libros que me influyeron como para contarlos aquí. Desde «El jardín secreto» de Frances Hodgson Burnett (que adoraba de niña) hasta Shakespeare, que leía en la escuela, pasando por Gabriel García Márquez, Joseph Heller y Hilary Mantel. ¡Todo todo!

¿Cómo ha afectado la pandemia a tu trabajo? ¿Los meses de confinamiento tuviste la capacidad de concentración para seguir escribiendo o sufriste bloqueo, como nos cuentan otros autores? ¿Vas a celebrar próximamente encuentros con tus lectores en Europa? ¿Podremos verte en España?

¡Me encantaría ir a España! Escribí un libro completo (Friends Like These) en los primeros meses de confinamiento, y fue la primera vez en unos 30 años que no estuve ocupada cada minuto. Me encantó, aunque acabo de pasar la COVID muy recientemente y eso no me encantó.

«Picture me gone» es mi libro más personal, y creo que quizás también mi favorito

¿Qué relación tienes con los «nuevos» prescriptores de lecturas, innovadores «agentes» que han surgido en la cadena del libro y que conocen bien tu carrera y recomiendan tus títulos, como las bookstagrammers y las boktokers? 

En realidad no soy una autora mainstream en muchos sentidos: generalmente no vendo millones de libros ni cuento nada en TikTok. Me imagino que mi trabajo es escribir y esperar que alguien los lea, pero realmente no puedo controlar lo que le gusta a la gente, así que trato de no prestar demasiada atención a las redes sociales.

Por último, ¿qué proyectos (confesables) tienes en cartera’ ¿Habrá nuevo título antes de finales de año? 

Le dije a mi editor que escribiría tres libros de verano: The Great Godden, Friends Like These, y uno que acabo de comenzar y que espero que esté al menos en marcha, si no terminado, para fin de año. Tengo que admitir que he sido muy perezosa durante el último año, ¡así que es hora de que vuelva a trabajar en serio!

También tengo un libro para adultos con el que he estado jugando durante los últimos 5 años más o menos. Leí el borrador previo hace 2 años y pensé que era horrible, luego lo leí de nuevo este año y pensé que no estaba nada mal. Así que nunca se sabe.

Siempre digo que lo que realmente quiero hacer es tumbarme en una hamaca todo el día y leer libros, pero para ser honesta, no escribir me pone muy, muy irritable. Mi familia siempre es mucho más feliz cuando estoy trabajando, aunque eso signifique que la cena se sirva más tarde (o que no se sirva, directamente).

Enhorabuena por toda tu trayectoria, gracias por inspirar a tantos jóvenes lectores con tus propuestas y por atendernos.

Muchas gracias por vuestras preguntas, Lorenzo. ¡Y por hacerme trabajar duro para responderlas! Mis mejores deseos para ti y Canal Lector.

Puedes conocer todas las noticias sobre Meg en su web personal y en el blogSus obras están publicadas en España por SM y Siruela.

Traducción: Canal Lector con la colaboración de Paula Alduncin (University of Dallas)

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