ADOLFO MENÉNDEZ

“Un libro es una sugerencia para formar tu propia opinión, pero no es un dogma”

Ante la pregunta sobre el primer libro que ha leído, el jurista Adolfo Menéndez responde: “Una edición para niños de La Ilíada. No sabía decir cuando la leí, muy pronto. Me dejó una viva impresión la épica vida de Héctor y Aquiles, aquellos dioses divertidos y cachondos, con sus líos entremezclados con Elena y sus idas u venidas de los aqueos a los troyanos. Sí no fue el primero fue el primero que me impresionó”.

Menéndez recorre en esta entrevista su biografía como lector y reflexiona sobre la influencia de sus lecturas en su forma de enfocar su labor profesional.

Con su ciclo “Biografías lectoras” la Fundación Germán Sánchez Ruipérez persigue difundir testimonios de diversas personas que repasan su relación con la lectura y el impacto que ha tenido en su desarrollo profesional. Por esta razón las conversaciones que se mantienen en auditorios o en privado no tienen como protagonistas a profesionales del mundo del libro. La biografía lectora de cada protagonista es capaz de expresar el papel que tiene esta práctica cultural en la vida de las personas y en el desarrollo de la sociedad desde un punto de vista profesional y económico.

Adolfo Menéndez es Secretario General de la Fundación Princesa de Asturias y de la Asociación Española de Fundaciones, y presidente del Foro de la Regulación Administrativa, nació en Gijón en 1958, se licenció en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, ingresó en 1984 en el Cuerpo de Abogados del Estado, en el que se encuentra en excedencia, y es uno de los más reputados iuspublicistas españoles.

Abogado en ONTIER y profesor del IE Law School, donde en la actualidad imparte docencia sobre deontología profesional y es titular de la “Cátedra José María Cervelló”, que impulsa entre otras cosas la investigación sobre esa materia.

Menéndez reconoce en esta entrevista “una cierta querencia por determinados autores rusos, porque le gustaban a mi padre, Tolstoi, por ejemplo. En fin, en resumen la evolución es que si voy a una librería de verdad, Pérgamo, por ejemplo, me gusta todo, si voy al Corte Inglés nada me gusta. En general me disgusta, en todo caso, el arte, en este caso la literatura, intrusivo y moralizante; prefiero lo propositivo que deja que el lector tenga su criterio. Como escribió Raymond Aron admiro a los que saben combatir sin odiar. En el caso español, por poner un ejemplo entre dos gigantes indiscutible, siempre me siento más cercano a la tolerancia cervantina que a la causticidad quevedesca”.

Asimismo atribuye un papel fundamenta a la lectura a la hora de configurar su vocación jurídica y la forma de afrontarla “la literatura te hace mejor hombre y eso incide en cualquier actividad que desarrolles. Incluso la literatura científica, la jurídica en mi caso, que es la más vinculada al puro desarrollo profesional, es estéril si no está bien escrita, además de tener sus propios límites en círculos profesionales o académicos siempre reducidos. Los libros, la lectura es fundamental. No se puede ser un buen médico, un buen ingeniero, un buen abogado, un buen profesor, un buen periodista, un buen camarero, un buen electricista, un buen lo que sea sin ser antes un hombre. Y no se puede ser hombre en plenitud sin lo que la literatura aporta. Un jurista que no conozca la Ilíada y la Odisea, y de ahí para adelante, no será bueno en lo suyo jamás. Los grandes maestros tienen una mirada amplia, que pasa necesariamente por la lectura”.

“Biografías lectoras” es un proyecto que cuenta con la ayuda del Ministerio de Cultura y Deporte.

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