Ha fallecido en Madrid a los 79 años Alberto Corazón, antiguo miembro del patronato de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y compañero de viaje constante de nuestra fundación.
Los medios de comunicación han despedido a Alberto Corazón como uno de los “gigantes del diseño español”, porque no cabe duda de que su carrera como diseñador fue extraordinariamente influyente desde los inicios de su quehacer en este campo.
Desde la perspectiva de nuestra fundación cabe subrayar que, no solo su huella como diseñador se reconoce en imágenes tan relevantes como nuestro propio logo o el de Casa del Lector y toda la presencia gráfica de nuestro centro en Madrid, sino que su influencia nos ha acompañado más allá de las realizaciones concretas, porque su pensamiento estratégico y forma de entender la escritura y la lectura está inscrita en el quehacer del equipo de la fundación.
Corazón era fotógrafo, escultor y pintor y ha sido muy reconocido por su diseño de logotipos de instituciones y empresas españolas como la propia Fundación Germán Sánchez Ruipérez, Biblioteca Nacional, Casa de América, Ministerio de Sanidad y Consumo, Junta de Andalucía, Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Compañía Nacional de Teatro Clásico, ONCE, Paradores, Renfe Cercanías o del Centro Cultural de la Villa de Madrid, entre muchos otros.
Nacido en Madrid en 1942, al terminar sus estudios universitarios, que compaginó con el aprendizaje del dibujo y la pintura, creó la editorial Ciencia Nueva e inició su carrera profesional como diseñador.
Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fue premio Nacional de Diseño 1989. También en el escenario internacional fue reconocido con los galardones más relevantes en este terreno: Arts Director Club de Nueva York, el British Design y el Design Council International. Asimismo, ha sido el único diseñador europeo que ha recibido la medalla de oro del American Institute of Graphic Arts.
Corazón tuvo siempre una lucidez fuera de lo común para comprender el tránsito entre las palabras y las imágenes; tal y como escribió Francisco Jarauta en un libro que dedicó nuestra fundación a la relación entre las palabras y la pintura de Alberto: “La pintura, los dibujos de Alberto Corazón pueden así entenderse como el ritual de una escritura suspendida, reiterada, que una y otra vez persigue las huellas de una presencia a punto de desaparecer. Una emoción extraña acompaña esa oscilación temblorosa que sacude desde su centro la disponibilidad de sus alfabetos, condición radical de nombrar”.
