La FGSR trabaja en la re-imaginación de la biblioteca con profesionales y lectores
Durante las últimas semanas la Fundación Germán Sánchez Ruipérez (FGSR) ha venido desarrollando diversos trabajos que están integrados en la línea de actividad dirigida a conocer del modo las nuevas necesidades de los ciudadanos respecto a las bibliotecas. Junto a los grupos de discusión y el resto de las herramientas de captación de información, también se ha estado trabajando con profesionales de las bibliotecas, con el fin de avanzar en la construcción de conocimiento sobre el sentido de la innovación en la oferta de servicios.
Se está colaborando con la Comunidad de Madrid en un estudio sobre las opiniones y necesidades de los usuarios de las bibliotecas que funcionan en su territorio y se han desarrollado diversas sesiones de trabajo con los equipos bibliotecarios de la ciudad de Gijón y de la Comunidad de Castilla y León.
Movimientos vecinales y participación
En el contexto de Readmagine se desarrolló una jornada en la que trabajaron vecinos de San Fermín y Arganzuela, bibliotecarios y diversos expertos que compartieron sus proyectos y presentaron sus ideas (como puede verse en el vídeo que acompaña a esta noticia). Esta reunión también forma del camino de aprendizaje que ha emprendido la FGSR desde hace unos meses con el sello de ‘Reimaginar la biblioteca’. La jornada de Readmagine se desarrolló en colaboración y con el apoyo de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos, adscrita al Área de Gobierno de Cultura y Deportes.
Este proceso de aprendizaje quiere incorporar dos dinámicas de diferente naturaleza:
- La redefinición del significado de la biblioteca a partir de la mirada de los nativos digitales
• El diálogo entre los lectores y algunas nuevas experiencias en el campo bibliotecario
Se contempló con mucho interés el estudio de casos referido a Legazpi (en el distritito de la Arganzuela) y en el barrio de San Fermín, ambos situados en la ciudad de Madrid.
La experiencia de San Fermín presenta un grado de avance mayor y actualmente ya ha involucrado al propio Ayuntamiento de Madrid, pues ha asumido la reivindicación de los vecinos y está interviniendo con sus criterios técnicos en la obra del edificio e incorporando una gran cantidad de las ideas y propuestas de la ciudadanía. Este caso es un ejemplo de cogestión y de participación en las decisiones y diseños, que Víctor Renes, miembro de la Asociación de Vecinos de San Fermín definió como un proceso complejo pero, al fin y al cabo, positivo para el barrio. Renes ha tenido un gran protagonismo en el movimiento vecinal y define la biblioteca del modo siguiente: ‘ No es un edificio con libros sino el lugar en el que se entrecruzan una serie de ideas, necesidades y creatividades culturales’.
El caso del distrito de Arganzuela presenta un gran interés para la FGSR porque es el lugar en el que está enclavada Casa del Lector, de hecho, el Mercado de frutas y verduras se encuentra frente a Matadero Madrid, en cuyo recinto se integra el centro de la FGSR. En este distrito la asociación Espacio Vecinal Arganzuela está trabajando con el Ayuntamiento en un proyecto de uso cultural y ciudadano de los espacios de los antiguos mercados de frutas y verduras. Se ha constituido un grupo de diálogo en el que se están contrastando las ideas ciudadanas con los criterios técnicos y presupuestarios de las diversas unidades y departamentos implicados en la corporación municipal.
Esquema de trabajo
La primera parte de la jornada fue coordinada por el gestor cultural Lorenzo Sandoval y estuvo centrada en el diseño de un diagrama de proyección para una futura biblioteca en cuanto a los siguientes criterios: • Accesibilidad y proyección
• Qué tipo de actividades se pueden organizar hoy en una biblioteca
• Cómo se sitúa una biblioteca con su entorno
Sandoval incorporó a la conversación a representantes de distintas experiencias de participación y planteamiento de iniciativas ciudadanas en la ciudad de Berlín.
Los diversos participantes presentaron sus ideas y sus realizaciones. En el mismo contexto de los estudios de casos, Ángel Payar, Jefe de Servicio de Bibliotecas Públicas Municipales de Madrid, encuadró su trabajo en el caso del Barrio de San Fermín como una manifestación ‘del gran proceso de cambio en la idea de lo que es una biblioteca’ y dejó patente que para un profesional de la biblioteca que tenga inquietud y predisposición favorable hacia la innovación, resulta impagable la oportunidad de intervenir en un proceso participativo como en el que él ha trabajado del barrio citado a través de su integración como representante del Ayuntamiento.
Silvia Nanclares presentó iniciativas como Bookcamping y resaltó que existen unos temas o conceptos como ‘la participación y la accesibilidad que están rondando en torno a proyectos que, aun siendo muy diferentes y estando en lugares muy distintos, se comparten como prioridades o inquietudes’.
Expertos infantiles
La FGSR encargó a Chiquitectos la coordinación de una comisión de expertos para la propuesta de un nuevo tipo de espacio para la biblioteca. La Fundación decidió que era necesario incorporar la visión de personas que fueran nativos digitales y que mirasen al desafío con un espíritu abierto. Por ese motivo se decidió que la edad máxima fuese la de doce años y que trabajaran durante varias semanas, a partir de una definición de los nuevos significados de la biblioteca, hasta llegar a la definición del nuevo espacio bibliotecario.
La Fundación lanzó una serie de ideas sobre el impacto de lo digital y la desmaterialización del libro y los expertos infantiles fueron debatiendo aspectos relacionados con la morfología y los movimientos y actividades que se podían desarrollar en una biblioteca ideal. En la última sesión de la jornada el grupo de expertos hizo su aparición en la reunión que estaba teniendo lugar en el Auditorio de Casa del Lector. Se había incluido en el programa la presentación de un modelo a cargo de una comisión de expertos, pero ninguno de los participantes sabía que este grupo estaría formado por unos niños y que habían sido capaces de desarrollar un argumentario y construir una maqueta de la biblioteca ideal del futuro, a la cual le pusieron el nombre de ‘divertiteca’.